A diferencia de la piel deshidratada, a la que le falta agua, la piel seca
es una piel que precisa lípidos, es decir, de aceites. La película
hidrolipídica deja de funcionar correctamente y la humedad se evapora con
mayor facilidad. Por eso, es esencial nutrir la piel para devolverle la
flexibilidad y la luminosidad. Estamos aquí para explicártelo todo.
Cuando tu piel precisa nutrición, puedes sentirlo. Tu piel siempre
está tensa, te pica; no te sientes bien contigo misma (por así
decirlo). Pero también se puede ver como la piel tiende a formar
costras en invierno, esas pequeñas manchas secas, redondeadas y
ligeramente rosadas.
También tiene un aspecto “arrugado”, pueden aparecer
manchas rojas durante el día, la piel está más fina,
puede pelarse, tu cutis tiene un aspecto apagado… Todas buenas
razones para darle a tu piel lo que necesita.
Siento que mi piel está cada vez más tirante, así que antes de llegar al punto
de rascarme, opto por utilizar una crema para hidratarla.
La piel seca, una barrera a reforzar
La piel seca es una piel debilitada a la que le faltan lípidos.
¿Qué significa esto en la práctica?
Nuestra epidermis podría compararse con un muro.
En este muro, nuestras células son los ladrillos y los lípidos
actúan como una especie de cemento intercelular. Garantizan la
cohesión de las células. Contribuyen a mantener la barrera
cutánea, limitan la pérdida de agua y ayudan a proteger
frente a los agresores externos.
Como puedes ver, si falta este cemento, la piel es más porosa y está
menos protegida.
Por eso, no hay que limitarse a hidratar sino a nutrir la piel cuando se
sufre de sequedad.
¿Crees que nutrir la piel en profundidad significa aplicar productos
enriquecidos para el cuidado de la piel? Sí, es cierto, pero hay algo
más.
La limpieza es esencial
La nutrición comienza mucho antes de la limpieza. Elige
productos sin jabón, supergrasos o geles restauradores de lípidos
que, como su nombre indica, devuelven a tu piel el nivel adecuado
de lípidos, al tiempo que la limpian sin
dañarla.
Proteger y nutrir
Solo entonces podrás pasar al siguiente paso: nutrir y
proteger. Para ello, recurre a productos nutritivos o que restauren
los lípidos. El objetivo es fortalecer la barrera cutánea
y mantener un buen nivel de hidratación. Un consejo: aplica
tus productos de cuidado de la piel por la mañana Y por la
noche. La noche es el momento ideal para que la piel se renueve y
regenere.
CONSEJOS DEL EXPERTO
Si tu piel está especialmente seca y, por tanto,
desnutrida, un tratamiento con Cold Cream puede ser la
solución.
Principales soluciones para problemas complicados. En el caso de una
piel especialmente seca, es necesario un cuidado nutritivo. Ya sea para
el rostro, las manos o las piernas, un cuidado con Cold Cream actuará
intensamente.
Un consejo rápido: estos cuidados son perfectos para las zonas
muy secas que a menudo se olvidan: talones, codos, cutículas,
etc. o para protegerte del frío en invierno.
Nutre la piel desde el interior
Una dieta equilibrada también contribuye a una piel sana:
Bebe 1,5 l de agua al día. De hecho, nuestro cuerpo (y una
parte importante de la epidermis) se conforma por un 70 % de agua
Para combatir los agresores externos, opta por los antioxidantes que
aportan las rutas y verduras
La vitamina B5 ayuda a restaurar la barrera de la piel. Los encontrarás
en muchos champiñones (como el shiitake), huevos o muesli
La vitamina A también contribuye a la salud de la piel. Los
productos lácteos, la yema de huevo y el pescado son excelentes
fuentes.