Conocida como eccema atópico o dermatitis atópica, esta afección
inflamatoria crónica de la piel provoca sequedad, lesiones inflamatorias
rojas y, a veces, un intenso picor. Suele aparecer en la primera infancia y
puede durar hasta la edad adulta. Ten la seguridad de que se puede aliviar
y, sobre todo, prevenir los brotes.
La dermatitis atópica es el resultado de muchos factores. Pero sobre
todo es hereditario: si ambos padres están afectados, un niño
tiene 8 de cada 10 “posibilidades” de desarrollar un
eccema. Este terreno con tendencia atópica impide que la piel cumpla
adecuadamente su función de barrera protectora. Así, es más
permeable a los alérgenos presentes en el ambiente, como el polen o
los ácaros del polvo.
Frente a estas agresiones, pero también a causa de un ambiente
demasiado seco, una ropa mal enjuagada o un detergente irritante, el
sistema inmunitario reacciona de forma exagerada: enrojecimiento, picor,
irritación y supuración. Son brotes de eccema atópico.
Fuera de estos periodos, la piel se siente incómoda: no puede
mantenerse hidratada.
1- El agua se evapora mucho 2- Los alérgenos pasan fácilmente
Eccema atópico: adapta tu
entorno
Para ayudar a tu piel o a la de tu niño a desempeñar mejor su
papel de barrera protectora, puedes actuar En tu entorno vital, por
ejemplo, una casa mal ventilada alberga millones de ácaros del polvo
que pueden agravar la dermatitis atópica. Por ello, ventila su casa
con regularidad (a primera hora de la mañana y a última de la
tarde, para evitar que entre el polen, que también es responsable de
la rinitis alérgica), evita las alfombras y moquetas en los
dormitorios, pasa la aspiradora con regularidad, quita el polvo con una
esponja húmeda y lava las sábanas todas las semanas a una
temperatura mínima de 55 °F (13 °C). Para la ropa en
contacto directo con la piel, olvídate del acrílico irritante
y opta por el algodón.
ASESORAMIENTO AMABLE (Y EXPERTO)
“Cuando limpies, no
olvides usar guantes, ya que protegen tus manos de los productos
irritantes”.
Tatiana
¿Cómo se alivia el eccema atópico?
El eccema atópico puede tratarse durante y entre los brotes.
Durante el brote
Durante un brote de dermatitis atópica, se aplican pomadas,
cremas o lociones a base de cortisona para reducir la irritación
y aliviar el enrojecimiento y el picor. Este es la terapia más
común. Sin embargo, se pueden recetar antihistamínicos
para aliviar el picor intenso. Los inmunomoduladores (que “modulan”
la respuesta del sistema inmunitario) también están
indicados para las formas moderadas o graves de eccema. Pero estas
terapias farmacológicas no previenen la recurrencia.
Para ayudar a la piel a restaurar su función de barrera,
pasemos a la terapia básica. Consiste en aplicar un
emoliente para combatir la sequedad de la piel a diario y espaciar
los brotes. Loción, crema, bálsamo... Puedes elegir
la textura que más te convenga a ti o a tu hijo.
La dermatitis atópica
no solo causa molestias físicas.
El eccema atópico puede tener
repercusiones en tu salud psicológica: estrés, ansiedad,
trastornos del sueño, pérdida de confianza en ti mismo,
etc. No dudes en hablar con tu médico o con una asociación
de pacientes, que pueden darte valiosos consejos para gestionar tu
dermatitis atópica en el día a día. No estás
solo: en Francia, afecta aproximadamente al 4 % de las personas
mayores de 15 años.
Las mejores prácticas para calmar
la dermatitis atópica
Fuera de los brotes, lo ideal es utilizar
regularmente una crema emoliente, justo después de la ducha o el baño.
La aplicación suele ser más fácil sobre la piel
ligeramente húmeda. Caliente la crema en las manos, pásala
por el cuerpo y extiéndela con movimientos amplios, sin frotar. De
este modo, el agua se mantiene en la epidermis y su función de
barrera se restablece gradualmente. Esto debe repetirse todos los días,
o incluso varias veces al día, para conseguir una piel flexible y
suave como la seda.
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